Si es usted una mujer latina que está esperando un bebé, es posible que
a su alimentación le haga falta un ingrediente clave que se cree ayuda a
prevenir ciertos tipos de defectos de nacimiento.
¿Cuál es ese ingrediente? El ácido fólico, el cual por mucho tiempo se
ha utilizado para enriquecer o adicionar ciertos cereales.
Sin embargo, como señala la Dra. Jonca Bull, M.D., directora de la
Oficina de Salud de las Minorías de la Administración de Alimentos y
Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), "muchas mujeres hispanas
no aprovechan el ácido fólico de los productos hechos a base de cereales
porque dichos productos no son uno de los pilares de su dieta habitual,
la cual suele estar basada en la harina de maíz".
Éste podría ser uno de los motivos por los cuales las mujeres latinas
presentan el mayor porcentaje de las mujeres en los Estados Unidos que
dan a luz a bebés con defectos del tubo neural (DTN), según los Centros
para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en
inglés). Los DTN son malformaciones congénitas del cerebro, la columna
vertebral y la médula espinal, tales como la anencefalia y la espina bífida.
La FDA está actuando para proteger a estas mujeres y a sus hijos
aprobando la adición de ácido fólico a la harina de maíz, un ingrediente
de alimentos tales como las tortillas, los tacos, los totopos, las
tostadas y los tamales. Los preparados con esta harina son alimentos
básicos de la dieta mexicana, y de la de algunas regiones de América
Central y del Sur.
Cuando las mujeres lo consumen ácido fólico —un tipo de vitamina B -
antes y durante el embarazo, puede ayudar a prevenir los defectos del
tubo neural (DTN). La harina de maíz se produce bajo un proceso conocido
como la nixtamalización mediante el cual se realiza la cocción del maíz
con agua y cal. para luego molerlo.
Un paso preventivo importante
En 1998, en respuesta a una recomendación de los CDC y el Servicio de
Salud Pública de los Estados Unidos, la FDA facilitó el consumo de ácido
fólico para muchas madres embarazadas. La dependencia exigió la adición
de ácido fólico para los cerealesde grano enriquecidos estandarizados,
tales como la harina y el arroz enriquecidos, así como a los productos
hechos a base de este tipo de cereales, como el pan y los macarrones
("coditos") enriquecidos.
Los cereales refinados son enriquecidos al añadir ciertos tipos de
vitamina B después de su procesamiento. Los alimentos regulados
contienen ciertos ingredientes que exige la FDA y son producidos de
cierta manera especificada.
"El razonamiento fue que bastante gente —incluyendo las mujeres
embarazadas— consume cereales enriquecidos como acción habitual. Y eso
podría marcar una diferencia en el número de defectos del tubo neural",
afirma el Dr. Dennis M. Keefe, PhD, director de la Oficina de Seguridad
de los Aditivos de la FDA. De hecho, el número de casos de DTN en los
Estados Unidos ha disminuido en todos los grupos desde entonces.
Sin embargo, la incidencia de defectos del tubo neural en algunos grupos
hispanoamericanos no ha disminuido en la misma medida que entre la
población en general.
Por ello, la FDA evaluó y aprobó una petición de aprobación para un
aditivo alimentario presentada por cinco organizaciones —la Fundación
March of Dimes, la Academia Americana de Pediatría, la Asociación de
Espina Bífida, el Consejo Nacional de La Raza y Gruma Corporation—
solicitando que la harina de maíz sea adicionada con ácido fólico. Los
fabricantes pueden ahora añadir de manera voluntaria la cantidad de
ácido fólico (hasta 0.7 mg) por libra (454 g) de harina de maíz que se
ajuste a los niveles ordenados en 1998 para los cereales enriquecidos.
"Con esta aprobación, la FDA está tomando una poderosa medida preventiva
de salud pública", explica la Dra. Bull. "Con la adición de ácido fólico
a la harina de maíz, tenemos la oportunidad de actuar sobre un gran
segmento de la población estadounidense, y de proteger a las madres y a
sus hijos de los defectos de nacimiento devastadores que se vinculan a
un consumo insuficiente de ácido fólico por parte de la madre antes y
durante el embarazo".
La seguridad ante todo
Antes de que pudiera dar su aprobación, la FDA primero tuvo que
determinar si era seguro adicionar la harina de maíz con ácido fólico;
no sólo para las madres latinas y las mujeres embarazadas, sino también
para los hombres, las mujeres y los niños de todas las edades, orígenes
étnicos y composiciones demográficas. Los investigadores de la FDA
llevaron a cabo un análisis científico exhaustivo de la información
proporcionada en la petición, y determinaron que la adición de esta
cantidad de ácido fólico al abasto de alimentos sería seguro para la
población en general.
"Además de evaluar la seguridad y los datos sobre el consumo esperado,
tuvimos que verificar que el ácido fólico permaneciera estable a todo lo
largo del proceso de producción y no se descompusiera en otras
sustancias nocivas durante la elaboración", aclaró el Dr. Keefe.
Después de esta evaluación intensiva, la FDA pudo dar luz verde a
aquellos fabricantes que querían adicionar con ácido fólico los
productos hechos a base de harina de maíz.
Cynthia Pellegrini, vicepresidenta ejecutiva de March of Dimes a cargo
de política pública, señaló que "la FDA colaboró muy de cerca con
nosotros en el diseño de un estudio que recabara la información
necesaria para establecer la seguridad de esta medida. Estamos muy
contentos con el resultado, y confiamos en que resolverá las
discrepancias que hemos observado en la comunidad latina y ofrecerá un
comienzo sano en la vida para más bebés aun".
Si está embarazada o pensando en embarazarse
Los CDC recomiendan que, para que el ácido fólico ayude a prevenir
algunos defectos de nacimiento significativos, una mujer debería empezar
a consumir 400 mcg al día por lo menos un mes antes de embarazarse y
todo el tiempo mientras esté embarazada. Lea la declaración de
ingredientes de los productos hechos a base de cereales y para hacer
masa, para ver si el alimento ha sido enriquecido con ácido fólico.
Algunas maneras fáciles de asegurarse de ingerir suficiente ácido fólico
son:
Comer un tazón de cereal enriquecido para el desayuno que contenga
100% del valor nutricional diario de ácido fólico.
Consumir otros productos hechos a base de cereales enriquecidos
que, por mandato, contengan ácido fólico.
Tomar un suplemento de vitamina o multivitamínico que contenga
ácido fólico todos los días.