La obesidad en la infancia puede dar lugar a un mayor riesgo de
infertilidad en la edad adulta. También la resistencia a la insulina
afecta a un menor volumen testicular, lo que puede reducir su producción
de esperma y hacer que sean más propensos a no poder tener descendencia,
publicó Web Consultas.
La infertilidad es una afección del aparato reproductor femenino o
masculino que se caracteriza por la imposibilidad de conseguir un
embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin
protección, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que señala
que este problema afecta a alrededor de una de cada seis personas en el
mundo, lo que supone el 17,5% de la población adulta.
Los investigadores consideran que la infertilidad masculina es un factor
que contribuye a la infertilidad de pareja en aproximadamente la mitad
de los casos, pero se desconocen sus causas en la mayoría de ellos. De
hecho, un estudio alemán que analizó el posible origen del trastorno en
más de 20.000 hombres remitidos a un centro de fertilidad no consiguió
realizar un diagnóstico en aproximadamente el 70% de ellos. Ahora, una
nueva investigación ha encontrado que el sobrepeso en la infancia puede
reducir el volumen testicular y hacer que estos niños sean más propensos
a convertirse en hombres infértiles. Sus hallazgos se han publicado en
European Journal of Endocrinology.
En los últimos 40 años, las evidencias científicas han mostrado también
una tendencia hacia la disminución de la concentración de
espermatozoides y el conteo total de espermatozoides. Por otra parte,
también se ha producido un aumento de la prevalencia de la obesidad
infantil que ha pasado de 32 millones a 42 millones de niños afectados.
Los expertos estiman que alrededor del 60% de los niños de hoy serán
obesos cuando tengan 35 años.
Encuestas realizadas en Italia también han encontrado hipotrofia
testicular en casi una cuarta parte de los hombres jóvenes de 18 a 19
años cuya fertilidad futura está, por lo tanto, en riesgo. En las
últimas décadas, además, ha aparecido cambios significativos en los
hábitos de vida de la población, desde la exposición a disruptores
endocrinos (sustancias químicas que alteran el sistema endocrino), a un
mayor sedentarismo, o padecer trastornos alimentarios.
Factores que pueden afectar a la producción de esperma
La nueva investigación ha sido realizada por científicos de la
Universidad de Catania, en Sicilia, que llevaron a cabo un estudio
transversal retrospectivo en 268 niños y adolescentes de 2 a 18 años que
habían sido derivados a la Unidad de Endocrinología Pediátrica de dicha
universidad para el control del peso corporal. Los investigadores
analizaron datos sobre el volumen testicular, la edad, el índice de masa
corporal y la resistencia a la insulina de todos ellos y comprobaron que
aquellos cuyo peso era normal tenían un volumen testicular 1,5 veces
mayor en comparación con los que tenían sobrepeso u obesidad en la edad
prepuberal.
Los niños y adolescentes evaluados con niveles normales de insulina
tenían un volumen testicular de 1,5 a 2 veces mayor en comparación con
aquellos con hiperinsulinemia, una afección que consiste en tener
niveles más altos de insulina en sangre de lo normal y que se suele
asociar con la diabetes tipo 2. De esta forma, los que presentaban
sobrepeso u obesidad, hiperinsulinemia o resistencia a la insulina
mostraron menor volumen testicular que los que estaban sanos.
Un volumen testicular más bajo es un factor de riesgo para que la
producción de esperma sea más reducida durante la edad adulta, por lo
que los investigadores opinan que la pérdida de peso podría ayudar a los
afectados a evitar la infertilidad en el futuro. “Aunque la prevalencia
de la obesidad infantil está aumentando en todo el mundo, no se conoce
bien el impacto de la obesidad y los trastornos metabólicos asociados en
el crecimiento testicular”, ha explicado Rossella Cannarella, una de las
autoras del artículo.
Y añade: “En este estudio descubrimos que tener sobrepeso u obesidad se
asoció con un volumen testicular prepuberal más bajo. Además, se
descubrió que las comorbilidades relacionadas con la obesidad, como la
hiperinsulinemia y la resistencia a la insulina, influyen en el volumen
testicular antes y después de la pubertad. Por lo tanto, especulamos que
un control más cuidadoso del peso corporal en la infancia podría
representar una estrategia de prevención para mantener la función
testicular más adelante en la vida”.
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