El verano significa más tiempo para que los niños disfruten de los
muchos beneficios de jugar al aire libre. Simplemente no permita que el
sol o el calor estropeen la diversión, recomiendan desde la Academia
Americana de Pediatría.
Al elegir un protector solar, busque un producto resistente al agua
y las palabras "amplio espectro" en la etiqueta. Significa que el
protector solar protegerá contra los rayos ultravioleta B (UVB) y
ultravioleta A (UVA).
Trate de encontrar productos que contengan los ingredientes
minerales óxido de zinc o dióxido de titanio. Si es posible, evite el
ingrediente oxibenzona, un químico de protección solar que puede tener
propiedades hormonales. (Consulte "Seguridad solar: información para
padres sobre quemaduras solares y protectores solares").
Calor y calidad del aire
Dado que el cambio climático contribuye a que el calor del verano sea
más intenso, tome medidas para prevenir enfermedades relacionadas con el
calor. El sol y el calor también pueden empeorar la contaminación del
aire local al contribuir con el ozono y el smog, por lo que es
aconsejable estar al tanto de estas condiciones.
Para protegerse contra la contaminación del verano, el polen y las
enfermedades causadas por el calor:
Verifique su índice de calidad del aire local. Consulte el Índice
de calidad del aire diario local para identificar cuándo la
contaminación del aire, los incendios forestales y el calor aumentan los
riesgos de asma y otros problemas de salud. Administre las actividades
al aire libre de su hijo cuando sea necesario.
Si su hijo tiene asma, pregúntele a su pediatra cómo se puede
agregar la contaminación del aire al plan de acción para el asma de su hijo.
Infórmese sobre las pautas de su escuela para el calor extremo y el
juego al aire libre y asegúrese de que la escuela siga estas pautas.
Asegúrese de que su hijo se vista apropiadamente, tome descansos,
beba mucha agua y se tome su tiempo para acostumbrarse a la temperatura
en los días calurosos.
Si su hijo toma medicamentos, pregúntele a su pediatra si aumenta
el riesgo de que su hijo sufra enfermedades por calor.
Si es posible, utilice filtros de clasificación MERV 13 o
superiores en el sistema de calefacción y refrigeración central de su hogar.
Ayude a combatir el cambio climático, use el transporte público o
elija caminar y andar en bicicleta cuando sea seguro hacerlo. También
puede considerar un vehículo de cero emisiones cuando compre su próximo
automóvil, o pedirle a su escuela que cambie a autobuses escolares
eléctricos.
Abogue en su comunidad por el acceso a espacios verdes para todos
los niños y plante árboles o participe en eventos de servicio de
plantación de árboles. Estos pueden ayudar a limpiar el aire y reducir
el efecto del calor urbano, que ocurre con densas concentraciones de
pavimento, edificios y otras superficies que absorben y retienen el calor.
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