Que los niños se quejen de dolor de barriga es frecuente en los niños.
El problema es que dejando aparte las astucias para no ir a la escuela,
hay varios motivos que pueden provocarlo, como nos detallan en El Tiempo.
Normalmente, no es una dolencia grave y se puede tratar en casa, pero al
existir un amplio abanico de causas, es posible que pase por alto algún
síntoma adicional y que este dolor sea señal de algo más.
Es importante tener en cuenta que el dolor puede ser real, aunque no
haya ninguna causa obvia.
Las más frecuentes, según la Asociación Americana de Pediatria y el
portal 'Kid's Health' suelen ser:
- Estreñimiento o diarrea
Estas son las principales razones por las que los niños tienen dolor
abdominal. Si lleva varios días sin defecar, causa dolor o son muy
duras, puede ser estreñimiento.
Por el contrario, la diarrea causa deposiciones sueltas o líquidas y
suele estar provocada por una infección que algunas personas llaman
"gripe intestinal".
- Presencia de parásitos
De acuerdo con la pediatra Aura Sofía Rico síntomas como el dolor
abdominal, o de cabeza, el vómito repentino, la pérdida o disminución
del apetito y en ocasiones, el desgano o los cambios de temperamento en
el niño podrían ser indicadores de que presenta este problema.
De ser el caso, el médico le recetará un antiparasitario de acuerdo con
la clase de microorganismo detectado y le indicará las dosis adecuadas
para la edad, el peso y la talla del pequeño.
Los padres jamás deben automedicar al niño con purgantes ni probar con
remedios caseros, ya que esto puede empeorar la situación y generarle
más malestares y riesgos para su salud.
De hecho, los expertos señalan que los antiparasitarios mal
administrados pueden deteriorar las funciones hepáticas.
- Intolerancia a la lactosa
Esta reacción ocurre cuando el cuerpo carece de la enzima necesaria para
descomponer la lactosa en la leche y otros productos lácteos.
Puede ocasionar diarrea o estreñimiento, aumento de flatulencia y
cólico. No es igual que la alergia a la leche.
- Malestar emocional
Al igual que los adultos, los niños también pueden sufrir estrés o
ansiedad. Los cambios en sus rutinas y en sus espacios, como un nuevo
colegio o incluso el bullying, pueden provocarle molestias en el estómago.
Aunque pueda parecer una excusa, esta parte del cuerpo reacciona ante el
estrés, por lo que es importante que indague en la causa y le ayude al
niño a solucionar lo que lo aqueja.
¿Cómo tratarlo en casa?
La mayoría de las veces, se usan remedios caseros como aguas aromáticas
para desinflamar el estómago. Entre las recomendaciones que consigna el
portal 'Medline Plus' de la Biblioteca Nacional de Salud de Estados
Unidos se encuentran beber sorbos de agua o líquidos claros; recostarse;
tratar de defecar y evitar los alimentos sólidos durante unas horas.
También debe evitar los alimentos irritantes como la cafeína, las
gaseosas, los cítricos, la leche y los fritos.
Lo recomendable es que llame a su proveedor de salud si el dolor
abdominal no desaparece en 24 horas.
Según la Academia Americana de Pediatría, el dolor abdominal repentino
que persiste puede requerir atención inmediata, especialmente si hay
vómitos, fiebre con temperatura de más de 100.4 °F (38 °C), dolor de
garganta o dolor de cabeza.
"Llame a su pediatra inmediatamente si su bebé es menor de 1 año y
muestra signos de dolor de estómago, por ejemplo, levantó las piernas
hacia el abdomen, llanto inusual; si su hijo de 4 años de edad o más
joven tiene dolor de estómago recurrente; o si se despierta con dolor
abdominal que no lo deja dormir", señalan.
La presencia de sangre en el vómito o en las heces es un signo de que
puede ser algo más grave de lo que parece y debe visitar el consultorio
médico.
Si tiene diarrea por más de dos días, vómitos por más de 12 horas,
pérdida de apetito y de peso inexplicable, debe llamar al pediatra.
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