Algunas generaciones atrás, el andador era habitual en casi todas las
casas con bebés, como un anticipo al momento en que el niño pequeño
diera sus primeros pasos. Ahora, todos los expertos sentencian: "No hay
ningún andador recomendable", leemos en Consumidor Global.
Y es que es peligroso para los niños, según advierten los especialistas
desde hace años. Esto ha llevado a que en algunos países exista una
legislación muy estricta en cuando a su comercialización. Aquí en
Estados Unidos, por ejemplo, está prohibido hacer publicidad de ellos.
Tanto pediatras, a través de sus sociedades médicas, como otros
profesionales de la seguridad infantil desaconsejan el uso de andadores,
tacatá y correpasillos.
Riesgos más comunes
Sin embargo, estos productos siguen vendiéndose en algunos países. El
riesgo de accidentes con tacatás y andadores es muy alto y llega al 25 %.
Entre los riesgos más comunes destacan las caídas por una escalera, que
pueden producir traumatismos craneales muy graves. Por otro lado, su uso
duplica el riesgo de fracturas, así como la facilidad para alcanzar
zonas peligrosas como hornos y enchufes. También posibilitan llegar a
cajones o armarios para acceder a medicamentos o productos de limpieza,
con el consiguiente peligro de intoxicaciones.
Alternativas
Tanto los andadores o tacatás como los correpasillos están igualmente
desaconsejados. La diferencia entre ellos es que en el tacatá o andador
el niño está sentado y se impulsa para desplazarse. Por su parte, el
correpasillos tiene también ruedas, pero el niño está de pie y se mueve
empujándolo.
Una buena alternativa a estos productos pueden ser los centros de
actividades estáticos para lactantes, sin ruedas, de base amplia y donde
los niños pueden entretenerse un periodo corto de tiempo.
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