El calor extremo puede tener efectos adversos en la salud de las
personas, especialmente en los niños. Los niños son más susceptibles a
los efectos del calor debido a su sistema de termorregulación inmaduro y
su incapacidad para comunicar eficazmente su malestar. No todos los
niños tienen una reacción uniforme ante situaciones de calor extremo
como la que estamos viviendo en zonas del sur de Estados Unidos.
Identifiquemos a los niños que peor soportan el calor, y a los factores
que influyen en su tolerancia y proporcionando medidas de prevención
para mantener a los niños seguros durante los períodos de calor intenso.
Factores que influyen en la tolerancia al calor en los niños:
Edad: Los bebés y los niños pequeños tienen una mayor dificultad
para regular su temperatura corporal en comparación con los niños
mayores y los adultos. Esto se debe a que su sistema de termorregulación
aún no está completamente desarrollado.
Actividad física: Los niños que participan en actividades físicas
intensas o prolongadas durante el calor extremo tienen un mayor riesgo
de sufrir golpe de calor. La actividad física aumenta la producción de
calor en el cuerpo y dificulta su disipación, lo que puede conducir a un
aumento peligroso de la temperatura corporal.
Obesidad: Los niños con sobrepeso u obesidad tienen una mayor
dificultad para regular su temperatura corporal. La grasa adicional
actúa como un aislante térmico, lo que dificulta la disipación del calor
del cuerpo.
Enfermedades crónicas: Los niños con afecciones médicas crónicas,
como enfermedades cardíacas o respiratorias, pueden tener una menor
tolerancia al calor debido a su menor capacidad para regular su
temperatura corporal.
Medicamentos: Algunos medicamentos pueden afectar la capacidad del
cuerpo para regular la temperatura, lo que aumenta el riesgo de efectos
adversos por el calor en los niños.
Medidas de prevención para proteger a los niños del calor:
Hidratación adecuada: Es fundamental asegurarse de que los niños
estén bien hidratados durante los períodos de calor intenso. Se debe
alentar a los niños a beber agua con regularidad, incluso si no sienten sed.
Ambiente fresco: Proporcionar un ambiente fresco en el hogar es
crucial para proteger a los niños del calor. Utilizar ventiladores, aire
acondicionado o mantener las ventanas abiertas para favorecer la
circulación del aire.
Ropa adecuada: Vestir a los niños con ropa ligera y transpirable,
preferiblemente de colores claros, puede ayudar a mantener su
temperatura corporal bajo control. Además, se deben evitar materiales
sintéticos que retengan el calor.
Evitar actividades al aire libre en las horas de mayor calor:
Limitar el tiempo que los niños pasan al aire libre durante las horas
pico de calor, generalmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m., puede
reducir su exposición al calor extremo.
Educar sobre los signos de golpe de calor: Es esencial que los
padres y cuidadores estén familiarizados con los signos de golpe de
calor en los niños. Estos incluyen fatiga, mareos, dolor de cabeza, piel
enrojecida y caliente, falta de sudoración y alteraciones del estado
mental. Si se presentan estos síntomas, se debe buscar atención médica
de inmediato.
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