Los niños con mente abierta son aquellos que tienen una actitud
receptiva y curiosa hacia el mundo que los rodea. Tienen la capacidad de
cuestionar, explorar y considerar diferentes perspectivas e ideas. En
Bebés y Más nos ayudan a reconocerlos.
4. Muestran curiosidad
La curiosidad es otro comportamiento típico en los niños con una gran
apertura mental. Ser curioso implica la necesidad de explorar, aprender
e investigar el entorno, las personas, el mundo... Los niños curiosos
tienen sed de aprendizaje, y exploran el mundo con interés y saciando
esa necesidad a través de múltiples preguntas.
"¿Por qué esto es así?", "¿qué otra forma hay de hacer esto?", "¿qué es
esto?", son algunas de las preguntas habituales de estos niños. Y es
maravilloso que podamos responder a sus preguntas con el mismo interés
en el que las formulan.
5. Desafían sus ideas
Son niños que no dan por supuesto nada, y que, como decíamos, "van más
allá". Se cuestionan las cosas que damos por sentado, y por ello
desafían sus ideas, o las ideas usuales o socialmente aceptadas, y
buscan aprender más allá de ello.
Si les explicas para qué funciona un determinado objeto, intentarán
pensar en qué más puede ser útil. O si han encontrado la forma de
realizar un ejercicio, pero es una forma larga de hacerlo, buscarán la
forma más corta. En este sentido, su mente inquieta les ayuda a ser
inconformistas y a ser críticos con las cosas, algo muy positivo para su
aprendizaje.
6. Se inspiran en los demás
Más que envidiar a los demás, se inspiran en ellos para mejorar. Dicen
que la envidia es una admiración mal gestionada, y en estos niños se
aplica perfectamente. Aunque lógicamente, puedan también experimentar la
envidia (y es sano experimentar todas las emociones), lo cierto es que
no se quedan anclados en ella, y muchas veces son capaces de darle la
vuelta a esta emoción para transformarla en admiración.
Para lograr esto, les ayuda mucho el hecho de tener esta mente tan
abierta, que es capaz de transformar también sus pensamientos y
emociones para adaptarse a la realidad.
7. No se quedan anclados en el error
Finalmente, son niños que también se equivocan, por supuesto, igual que
los demás. Pero gracias a su mente abierta, no se regodean en el error,
ni se fustigan por él. Al contrario, muchas veces lo ven como una
oportunidad para aprender y mejorar, que les puede ayudar a explorar
otros caminos, y con los que pueden aprender, por ejemplo, cómo no se
hacen las cosas.
Y esta afirmación recuerda un poco a lo que expresaba Thomas Alva Edison
en su proceso inventivo: "no fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo
no hacer una bombilla".
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