Los estallidos de impaciencia o enojo de losniños pueden desconcertar a los padres, llevándoles a reacciones desacertadas.En un reportaje de EFE, el especialista en conducta infantil, el psicólogo ydoctor en educación Rafa Guerrero, nos guía a través de estrategias efectivaspara manejar estos episodios de explosión emocional de manera saludable.Guerrero, director de Darwin Psicólogos y autor de libros de referencia como'Menudas Rabietas', nos revela cómo comprender y atender las necesidadesemocionales de los niños es esencial para promover vínculos sanos y undesarrollo emocional positivo.
La Evolución de la Educación Infantil
En el pasado, los adultos solían enfrentar lasrabietas y problemas de conducta infantil con críticas y castigos, sin prestaratención a la verdadera causa detrás de estas conductas. Sin embargo, segúnGuerrero, en la actualidad se reconoce que el comportamiento infantil es unmensaje de socorro dirigido a los adultos, y la clave está en comprender y abordarestas necesidades no satisfechas.
"Ahora el objetivo no debería consistiren juzgar lo que el niño hace, sino entender por qué lo hace", subrayaGuerrero. Los padres y maestros deben aprender a tratar a los niños de manerarespetuosa, alejándose de castigos y chantajes, y priorizando la satisfacciónde sus necesidades emocionales.
El Cerebro Infantil en Acción
Para comprender mejor la explosión emocionalde un niño durante una rabieta, es esencial conocer cómo funciona el cerebroinfantil. Los niños no tienen la misma capacidad que los adultos para gestionaremociones como la ansiedad, el miedo y la rabia, y dependen de sus cuidadorespara guiarlos emocionalmente.
El cerebro infantil se rige por impulsos ynecesidades inmediatas, y no puede anticipar las consecuencias de sus accionesdurante una rabieta. Es crucial que los adultos no se tomen estas conductas demanera personal, sino que las interpreten como un llamado de atención y ayudapor parte del niño.
Cómo Responder ante una Rabieta
La reacción tradicional ante una rabietainfantil ha sido ignorar al niño hasta que la rabieta pase. Sin embargo,Guerrero argumenta que esta estrategia no ayuda al niño a comprender susemociones ni a establecer vínculos emocionales saludables.
Cuando un niño está enrabietado, necesitarespuestas afectuosas y comprensivas de manera repetida. Ignorar susnecesidades emocionales solo refuerza la idea de que no puede contar con susfiguras de referencia. En lugar de ignorar al niño, los padres deben recordarel proverbio chino: "Ámame cuando menos lo merezca porque será cuando máslo necesite".
Validar las Emociones
Durante una rabieta, los niños estánexperimentando emociones intensas, como la rabia. Es esencial que los padresvaliden estas emociones en lugar de negarlas. La rabia puede ser una emociónnecesaria para que el niño exprese su descontento o defienda lo que considerainjusto.
Es fundamental distinguir entre la emoción yla conducta inadecuada. Mientras que la emoción es legítima y no puedecontrolarse, la conducta inadecuada puede ser consciente y voluntaria. Lospadres deben aprender a gestionar la conducta mientras validan las emocionesdel niño.
Mantener la Calma
Durante una rabieta, es fácil que tanto elniño como el adulto se desregulen emocionalmente. Los padres deben mantener lacalma y ser la voz de la razón en la situación. Esto implica situarse a unadistancia respetuosa del niño, lo suficientemente cerca para que se sientaacompañado pero lo bastante lejos para no sentirse abrumado.
Las rabietas son una fase normal deldesarrollo infantil, y la mayoría de los niños las experimentan en mayor omenor medida. Los padres y educadores deben comprender que estas rabietas sonun medio de comunicación de las necesidades emocionales del niño. Al respondercon cariño, respeto y empatía, los adultos pueden fortalecer los vínculosfamiliares y ayudar a los niños a desarrollar habilidades emocionalessaludables. En última instancia, entender y atender las necesidades emocionalesde los niños es la clave para criar a futuras generaciones emocionalmenteequilibradas y resilientes.
© SomosTV LLC-NC / Photo: © Rafa Guerrero -Darwin Psicólogos